Ana Isabel García Vázquez
-Si quieres empezamos con
una pregunta...formula por ejemplo una pregunta con lo del respeto si tanto te
interesa...
-Vale,...¿por qué
respetamos a los demás?
-Dirás más bien que por
qué los respetas tú
-No, todos
-¿Todo el mundo, sin
excepción?¿qué te parece si empezamos por ti?deja de pensar en lo que los demás
piensen, ¿o es que eres omnisciente?
-Jajaja, no, vale, venga
pues cambio la pregunta: ¿por qué tengo que respetar a los demás?
- ¿Te gusta así la
pregunta o hay alguna palabra que querrías cambiar?
-Lo del “tener que” no me
va demasiado, mejor querer
-¿Por qué quiero respetar
a los demás, esa es la idea?
-Sí
-¿Ya te gusta?
-Me encanta de esa manera
-Bien, pues responde
-Es porque hay que
hacerlo, si no esto se convertiría en un desastre
-¿Has respondido a la
pregunta?
-No, he dado un rodeo
(risitas de tensión)
-Responde...
-Por justicia, si yo no
respeto al otro el otro no me respeta a mi. Es como cuando hace unos años
estaba con unos amigos, bueno amigos no, eran más bien conocidos, vivían cerca
de un colegio donde había estado estudiando, la verdad es que el colegio era durillo
pero bueno, salí adelante...me acuerdo de una profesora que fue una repulsiva,
estos amigos estuvieron en ese cole también, bueno no todos, y lo que pasó con
lo del respeto es que estábamos ahí charlando y entonces uno de ellos empezó
a...
-Para, ¡no me cuentes tu
vida!, no te pido que pongas un ejemplo, te pido que respondas. ¿Qué pregunta
te he hecho?
-Bueno, venía al
caso...¿Por qué quiero respetar a los demás?
-¿ Qué me has respondido?
-No me acuerdo, sé que te
he puesto un ejemplo
-Pero me has dicho antes
del ejemplo algo
-No sé
-¡Si ni tú misma te
escuchas!, ¿era importante lo que querías decir?
-Sí, para mi sí que lo
era(atisbos de confusión, la cara ya no es tan sonriente)
-¿Y cómo te explicas que
hayas hablado durante menos de un minuto y no te acuerdes de la mitad de lo que
has dicho?
-Porque no me estaba
prestando atención
-Venga, responde y
préstate atención, escucha tus palabras
-Bueno...pues que quiero
respetar porque quiero que me respeten
-¿Cómo sintetizarías eso
que has dicho, con una sola palabra?
-Ah!justicia!!!(alivio
considerable, la tensión vuelve a rebajarse, por ahora hemos salvado al ego...)
-¿Por justicia?
-Sí
-Si alguien no respeta al
otro entonces no merece ser respetado, ¿no es así?
-Sí que lo merece
-¿Cómo?¿no es contradictorio
decir que tú respetas para que te respeten y a la vez no respetas para que te
respeten?
-Bueno, visto así, pero
eso no era lo que yo quería decir, yo te estaba diciendo...
-Para, obsérvalo
-No, ¡joder Oscar es que
pones en mis palabras cosas que yo no he dicho! Eso servía para mi...(el ego ya
empieza a quebrarse y antes de su caída comienza con la última batalla, el
culpable es siempre el otro que no nos entiende, que se toma al pie de la letra
lo que decimos, que nos muestra un espejo desvirtuado de nosotros mismos...)
-A ver, tú dices que una
persona si respeta entonces los demás le respetan, ¿no es así?
-No, yo he dicho que yo
respeto para que los demás me respeten
-Así que condición necesaria
para que te respeten es que respetes...
-Sí
-¿Valdría en líneas
generales decir que si uno respeta entonces le respetan?
-Sí, pero no en todos los
casos...
-En global Ana...
-En global pues sí creo
-¿Crees o es que sí?
-Creo ¡tampoco estoy en
posesión de la verdad!
-Te pregunto por lo que tú
piensas no por la verdad en mayúsculas, ¿crees o es que sí?
-Vale, pues sí(la cara de
niña enfurruñada era más que evidente)
-Si te gusta lo aceptas,
si no pues lo descartamos
-Sí, me gusta, sigue...
-Si uno respeta entonces
le respetan, y si no respeta entonces no le tendrían que respetar
-Pero no es así, porque el
respeto tiene que estar por encima de eso, ¡no es bajo una condición!, como
ahora no me caes bien no te respeto, como no piensas como yo no te respeto, como
me has faltado al respeto, me pongo en tu mismo nivel y hago lo mismo que tú y
paso de ti, eso tampoco es...(el concepto que parecía tan claro resulta que
está lleno de confusión, primero siempre sale esa idea vaga con la que solemos
creer que nos desenvolvemos, pero hay que seguir escarbando...en busca de esa
idea con la que realmente funcionamos...hay que poner la idea sobre el tapete y
someterla a la prueba de la razón...me acaba de dejar k.o.)
-Entonces dejamos a un
lado la hipótesis de que respetas por justicia, porque si respetas los demás te
respetan y si no respetas a los demás no tienen que respetarte, ¿no es eso?
-Sí, ¡es que eso parece un
contrato tío!
-No importa lo que
parezca, deja eso a un lado por un momento...
-Vale
-Bien, ¿por qué quieres
respetar a los demás?
-Esto jode...me cuesta...
-Inténtalo...
-Porque todo el mundo se
merece respeto...
-¿Por qué?¿En qué se basa
ese merecer?
-En que todos somos
iguales, todos somos seres humanos y tenemos la misma dignidad, el mismo
valor...
-Valor, dignidad...
-Sí
-¿Cómo sabes que todos
valen lo mismo?
-Hombre no es como en el
mercado
-¡Cómo es entonces!
-No es valor exactamente,
es dignidad
-¿Qué es la dignidad?
-El valor de las personas,
jajajaja
-Jajaja, ¿volvemos al
valor?
-Si es que no salgo del
nudo tío...
-Piensa...
-Por amor(sensación de
tranquilidad, hemos dado con una de las piedras angulares, ¡eureka!)
-Entonces dirías que
quieres respetar a los demás por amor, ¿no es así?
-Sí
-¿Y para esto tanto rodeo?
Sí que te ha costado ¿eh?, ha sido un bonito parto...
-Ya te digo...
Este es el recuerdo algo
desvirtuado de la primera vez que supe la forma de trabajar de Oscar Breniffier
y como es claro además experimenté. Detrás de cada una de sus intervenciones
hay un motivo pedagógico, una parte de su metodología, casi todo tiene su razón
de ser(no diré que todo porque no nos vamos a engañar, que es humano y se
equivoca...!menos mal¡): búsqueda de contradicciones, ideas irracionales en
entredicho, falacias puestas al descubierto...y todo con la ayuda del partero.
Su forma de trabajar es
mucho más directiva de lo que estamos acostumbrados a ver en filosofía para
niñ@s, esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Como ventajas estarían que
más rápidamente se puede profundizar, que ninguna contradicción es pasada por
alto por el ritmo del diálogo, que se presta una atención extremada a cada una
de las palabras que salen de cada uno, más que nada porque son un verdadero
peligro, que la autoconciencia llega con menor lentitud....Desventajas las hay
y bastante evidentes: se puede confundir la directividad con la dictadura,
puede intimidar y bloquear a la persona(esto no es tan grave como parece porque
uno de los elementos básicos de su metodología es el uso de la risa, lo que
hace compensar esa posible intimidación) y al principio o aparentemente puede
resultar todo un simple juego de palabras.
Oscar es un imitador de
Sócrates, para bien o para mal, en busca de partos continuos, como una puñetera
mosca que no te permite descansar hasta que no te miras al espejo, todo un reto
para la mente y un ejercicio de reflexión en profundidad.